Hábitos Atómicos (James Clear)

Hace aproximadamente cinco años me vi enfrentada a una situación de salud, que me obligo a cambiar mis hábitos en lo referente a la salud física y mental y este libro que les estoy recomendando este mes me ayudo muchísimo.

Hábitos Atómicos es, en mi opinión, una guía perfecta para entender como funciona nuestro cerebro en cuanto a la construcción de nuestros hábitos y como a través de prácticas muy sencillas, pero en realidad muy sencillas, podemos ayudarnos a que esos hábitos se instalen en nuestra vida llegando a ser casi automáticos.

El primer concepto super interesante es “Los hábitos son el interés compuesto de la superación personal”. Este concepto nos ayuda a entender la importancia vital de los pequeños cambios, esas pequeñas mejoras que logramos cada día y que a punta de repetición y acumulación se convierten en el disparador de nuevos hábitos y resultados.  Muchas veces queremos ver resultados inmediatos y nos esforzamos haciendo cambios drásticos que no repetimos y por lo tanto volvemos rápidamente a nuestras viejas rutinas.  El mensaje en este libro y que aplique a mi propia vida fue 1% mejor cada día.

El proceso para la construcción de un hábito que nos propone el libro consiste en cuatro pasos: señal, anhelo, respuesta y recompensa y asociadas a cada paso del proceso, el autor nos propone una Ley de cambio de conducta aplicable. Veamos:

Señal: La señal desencadena el proceso en el cerebro que inicia determinada conducta. La ley de cambio de conducta para este primer paso es Hacerlo obvio.

Esta primera ley de cambio de conducta tiene que ver con hacernos conscientes de los hábitos actuales, definir una intención de implementación, usar la estrategia de acumulación de hábitos y diseñar el ambiente para que ese habito prospere.

En mi caso particular mi necesidad era implementar hábitos que me permitieran manejar mejor el stress de manera que no se viera perjudicada mi salud y aplicando esta primera ley de cambio lo primero que hice fue listar mis hábitos en una semana normal. descubrí que no había ni un solo minuto dedicado a mi o a mi bienestar, así que procedí a definir mi intención de implementación, y lo declare “ Yo salgo a caminar a las 6 am al parque durante 15 minutos y a esa declaración le agregue temas ambientales como:  comencé a dejar mi despertador en otra habitación muy lejos de mi alcance de manera que tenia que pararme de la cama para apagarlo y en esa misma habitación dejaba lista la ropa y los zapatos para salir a caminar.

Anhelo: Es la fuerza motivacional que hay detrás de cada habito. La Ley de cambio que esta asociada a esta etapa es Hacerlo atractivo. Esta segunda ley busca vincular tus acciones con aquello que necesitas lograr, incluye unirte con personas o ambientes que apoyen tu conducta y crear rituales de motivación. En mi caso mi anhelo estaba ligado a sentirme sana, era mi salud lo que me motivaba, comencé a salir con personas que les gustaba la caminata y me inscribí por primera vez en una carrera que premiaba tu llegada a la meta sin ningún tipo de reto sobre distancia o tiempo, eso me motivo, me alegro el corazón y me ayudo a conectarme con personas que consideraban importante las mismas cosas que yo.

Respuesta: La respuesta es justamente la acción que realizas. La ley de cambio asociada a esta etapa del proceso es Hacerlo sencillo.  Esta ley tiene que ver con prepararte poco a poco para arrancar e ir mejorando, optimizar las pequeñas elecciones de cada día, usar la regla de los dos minutos simplificando todo lo que tengas que hacer y automatizar tus hábitos de manera que puedas asegurar tu conducta futura. Mi aplicación de esta ley fue que comencé a caminar 15 minutos tres veces a la semana a velocidad de centro comercial, no quedaba exhausta ni me dolían los músculos, pero me sentía libre y saludable, hasta mas liviana sin que la bascula tuviese nada que ver en el asunto. Y para los días de lluvia compre una caminadora que me permitía seguir con la repetición de mi conducta incluso cuando había mal clima. Con el paso de los días (1% mejor cada día) comencé a incrementar el tiempo de caminata y posteriormente la velocidad de mi paso y poco a poco me fui sintiendo más capaz, una deportista en crecimiento. Y aquí es justo cuando entra el cuarto y último paso:

Recompensa: La recompensa es la meta final de cada hábito, eso que te satisface y al mismo tiempo te enseña algo sobre ti mismo.  La ley de cambio asociada a este ultimo paso es Hacerlo satisfactorio. En esta ley es muy importante premiarte con algo que te guste una vez terminado tu habito, apreciar los beneficios que vas logrando, registrar tus éxitos y mantener la repetición.En mi caso comencé a llevar el registro de mis distancias y tiempos en un calendario que tengo a la vista y con un stiker de estrella el día que lo hice muy bien y supere mi meta del día y un muñequito (monstruo) el día que no lo hice también o no lo hice, de esa forma tengo a la vista mi desempeño, institucionalice los sábados de brunch con mis hijos cuando he tenido una semana de éxito con el deporte y sin lugar a dudas mi mayor recompensa es estar sana física y mentalmente y al 100% para los seres que amo.

Esta metodología sencilla pero poderosa esta desarrollada al detalle en este libro maravilloso que no me canso de recomendar, Hábitos Atómicos es un recordatorio acerca de la determinación y la disciplina, temas que abordaremos con nuestro siguiente libro recomendado.

Para cerrar, quiero contarles que hoy corro (ya no camino) carreras de 5 kilómetros cada vez en menos tiempo, entreno todos los días y he logrado incorporar otros hábitos a mi vida (la meditación, por ejemplo) siguiendo esta misma metodología.

Espero que estas ideas y mi experiencia te sirvan para iniciar con ese nuevo habito que va a cambiar tu vida.